Cuenta la leyenda que los dioses destinaron al colibrí el trabajo de llevar de aquí para allá los pensamientos de los hombres:
“Si ves un colibrí alguien te manda buenos deseos y amor”.

Cuando Bea me hizo un encargo, me contó que sería el primer cuadro que pondrían en su nueva casa. Pensar que mi obra sería partícipe de cómo se construye un hogar desde el primer día, me hizo crear algo que traiga consigo la mejor de las suertes y energías en un proceso tan especial.

Y para ello, he utilizado un “COLIBRÍ”.