Podría encontrarle muchos significados a este círculo rojo sangrante que nunca se cierra. No es otro concepto que la vida misma con todos sus ciclos y vueltas. Pero mentiría.
‘Deleven’ es una obra de amor. 
Va sobre  acelerar al máximo el proceso de un cuadro ganándole tiempo al tiempo con los ritmos de secado incluidos. Con él fui consciente de que mi propio círculo giraba en otra dirección:una más potente, llena de matices y que todo empezaba a cobrar un sentido distinto. 
Este lienzo me enseñó muchas cosas, noches sin dormir pensando en la cara de ilusión de ‘Josh’ al recibirlo. Un salto al vacío, y el principio de ese ‘click’ que cambió el rumbo de las cosas: 
“¿Por qué no te dedicas a pintar a tiempo completo?”, dijo él. 

Y aquí, LilBlanc, rompió la bolsa amniótica.