Este cuadro nace de lo más blanco y puro de una amistad.
Era mediodía y hacía un sol radiante fuera:
- ¿Estás en casa?
- Sí.
- Sal al balcón.
Dani había conectado un altavoz a su guitarra y juro que todo Ortega y Gasset escuchó el comienzo de Lovers in Japan.
- Ni siquiera era mi cumpleaños-
Yo siempre digo que las amistades verdaderas no necesitan cocción ni ser cocinadas.
Unos años después otra llamada:
- Me mudo, ¿Me pintas un cuadro?
Para realizar ‘Lovers in Japan’ he buceado en todo el cosmos de matices de Coldplay: portadas de álbumes, movimiento de los videoclips, el confeti de los conciertos.
He tenido que mirar “al sol de Osaka” varias veces, releerme a mí misma para poder escribir cada paso que ambos hemos dado hasta llegar aquí.
Cuatro colores + blanco, ni uno más.
Lovers en Japan es el mundo del color, de la alegría, de la ligereza y la frescura, de la fluidez y el aire, de las tempestades y los miedos.
-Es una canción-